De nuevo desayuno a la carta en la terracita del alojamiento, que tanto juego nos está dando. Yo creo que ya las aldeanas de alguno de los puestos nos conocen, y hasta les hace gracia que un blanquito les compre uno de esto, otro de aquello y dos de lo de más allá. Nosotros también las vamos a echar de menos, que conste.
Bueno, como decíamos, hoy tocaba recorrer las zonas cercanas al otro rio que rodea este pueblo, el río Yulong, que significa dragón. En un principio íbamos a alquilar unas bicis, pero finalmente hemos optado por el medio de transporte número 1 en China, que no es otro que una moto tipo scooter eléctrica. Con la batería cargada y con una autonomía según nos han dicho de no más de 50 kilómetros, hemos alquilado una por 50 yuanes (nos ha parecido un precio estupendo, comparándolo con las recientes referencias que teníamos de otros blogueros). Por cierto, con el alquiler hemos querido que nos incluyeran un extra como es la súper sombrilla-paraguas.
Ya no es solo el hecho de poder gestionarte tú mismo el tiempo, las paradas, los caminos a tomar, el poder disfrutar de un entorno privilegiado, entre montañas y junto al río... sino también lo divertido que resulta ser uno más de la vida real de un pueblo, en este caso yendo en moto adelantando bicis y peatones, utilizando el claxon como hacen ellos para avisar que vas, cruzando las calles de cualquier manera (aparente) pero siempre con un orden.
Súper divertido y emocionante al mismo tiempo. Nos venían a la memoria momentos de nuestra aventura en Camboya, cuando también alquilamos una moto, siendo uno de los mejores recuerdos que guardamos de aquel viaje.
Por el camino hemos atravesado pequeñas aldeas, en donde la vida transcurre sin prisas, donde la gente trabaja el campo, construye casas, gestionan sus pequeños puestos de comida o artesanía, etc.
Los paisajes verdes, con los arrozales, huertos, árboles frutales... se alternaban, pero siempre con la atenta mirada de los pináculos...
Nos hemos acercado hasta el puente del dragón, Yulong Bridge, un puente de piedra, donde es muy típico alquilarse una balsa de bambú que te lleve río abajo. Es divertido ver todo este colorido de las sombrillas acopladas a cada balsita.
Las instantáneas del rio con las balsas quedaba muy bien en el decorado...
Varios hoteles a lo largo del camino...
Hemos seguido paralelos al rio, y debido a lo embarrado de algunos caminos, hemos tenido que optar por tomar rutas alternativas...
De vuelta a Yangshuo, nos hemos acercado al puente de piedra, donde llegaban cantidad de balsas con todo chinos... y las vistas, de nuevo, te dejaban boquiabierto...
Desde aquí nos hemos acercado a ver (no hemos subido hasta la cima, que con lo de ayer en Xingping ya tuvimos bastante) la montaña de la luna Moon Hill, que destaca por ese agujero que se forma...
Y con las mismas, vuelta a Yangshuo atravesando otras aldeas y caminos diferentes...
...entrando en el pueblo en hora punta, con un tráfico de mil demonios....pero divertido no, lo siguiente!
En resumidas cuentas, que ha sido un día intenso, bonito, disfrutón, alegre, seco!
El remate final, lo ha puesto la cena, con un bol de gambitas y noodles en salsa picante (con cucharillas para la salsa, solo para la salsa, que con los palillos nos arreglamos de maravilla)
También hemos comprado otro mango y unos lichis que estaban muy sabrosos, casi como despedida de este pueblecito que tan bien nos ha acogido y que tanto hemos disfrutado.
Mañana toca desplazamiento de nuevo, el último de esta aventura (😂)
Seguiremos informando.