jueves, 15 de junio de 2017

Día #0: Ni Hao China !

No podíamos pedir un viaje mejor, bueno salvo por la comida del vuelo de Air France, que ha dejado mucho que desear... 
...menos mal que la puntualidad ha sido exquisita y tras 10 horas de vuelo desde París Charles de Gaulle, hemos aterrizado en la capital de China.
Ningún problema en pasar el control de pasaportes con los visados en regla (!), recoger las mochilas, sacar yuanes del cajero del Bank of China (hasta el límite que nos dejan, claro está), coger 2 barik chinas para el transporte y montar en el Airport Express que en menos de 30' nos ha dejado en el centro de Pekín.
Las vistas desde la ventanilla eran de una ciudad muy moderna, con edificios muy altos, grupos de viviendas, nada que ver con lo que luego nos íbamos a encontrar.

Pero antes, un par de transbordos ya en el metro, con pocas aglomeraciones. Aquí ya hemos empezado a ver las enormes diferencias culturales y de educación entre China y Japón, rememorando nuestra aventura de hace dos años. La gente se apelotona para acceder al vagón, no se respeta al que sale, se habla con el móvil como en España... en fin, que nos iremos acostumbrando qué remedio.
Como también nos iremos acostumbrando a la moda masculina de 'encoger' las camisetas para enseñar músculo, tripa o lo que sea... y no creemos que fuera por los 39 graditos de nada con los que nos hemos encontrado al salir a la superficie...
Un breve paseo y hemos llegado al alojamiento, un sencillo hostel, en medio de un hutong, uno de esos barrios tradicionales, humildes, de gente trabajadora que hacen la vida en la calle, comparten (al menos, así era en sus orígenes), los servicios comunes de baños, horno para el pan, etc. El hostal es un remanso de paz y de frescura, cosa que se agradece. 

Pero con las mismas, y ya sin carga a las espaldas, hemos iniciado un breve recorrido camino de la mundialmente famosa Plaza de Tiananmen, no sin antes rodear la inmensa Ciudad Prohibida, que hemos de visitar mañana. 

Durante el recorrido hemos repuesto fuerzas con una de las especialidades de Beijing, que no es otra que su yogur, así como con un helado de té verde, ambos realmente frescos y sabrosos. Repetiremos en los próximos días, seguro.

Atravesar estas avenidas que rodean esta zona de la ciudad es misión imposible, señor Cruise! Que si hay que pasar por un subterráneo que no es, que te lleva al metro; que si por aquí no se puede cruzar la calle (solo reservado para los valientes ciclistas, que se juegan literalemente el cuello con los coches y autobuses). Además, por ser ya un poco tarde, el acceso al interior de la propia Plaza estaba restringido y no hemos podido acceder, habiéndonos limitado a rodearla para admirar desde fuera los edificios que allí se ubican.
¡Qué majo el chinito este de la foto!, ¿verdad? Ese Mao, ese Mao, eh!. Su retrato nos lo vamos a encontrar hasta en la sopa, nos tememos. Pero al fin y al cabo, es uno de los personajes históricos de este país, y así se lo reconocen sus paisanos.

Finalmente, y bastante agotados (lo que hemos hecho en el avión, no se le puede llamar dormir), nos hemos acercado a una de las calles más comerciales y céntricas, Wanfujing...
...donde destaca por encima de todo una zona que llaman Gourmet Street. Con el nombre lo decimos todo, no creéis? Y si no, a quien no le apetece una delicia como las de la foto... (ya las vimos en Camboya y no las probamos, así que aquí..... tampoco)...

...bueno, no os preocupéis que también había alguna cosa más apetitosa, a la que le hemos hincado el diente.

Y con esto hemos dado por terminado el día, que para empezar no ha estado nada mal, como primera toma de contacto con el país, su capital, su gente, su cultura, la gastronomía, etc.
Mañana más y mejor. Agur!

2 comentarios:

  1. 寒喧 hán xuān
    me alegro de vuestro buen comienzo de viaje, a pesar de no poder ver en su magnitud esa pequeña plaza.
    Hay que atreverse con la comida, total unos escorpiones fritos son algo así como unas buenas quisquillas....


    告辞 gào chí

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  2. Hola Chicos, primer día de contacto con china superado. Muy monas las niñas del metro y horrorosa la costumbre de enseñar barriga ( ya lo habia leído en algún sitio). En vuestra tercera o cuarta , no sé, incursión por Asia ya es hora jajaja, de meterle mano a la gastronomía más exótica !!!.
    Un besito

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